viernes, 18 de junio de 2010

biodiversidad

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) estima que no quedan más que unos 3.200 tigres en estado salvaje. Esto significa que "2010 es quizá la última oportunidad para el tigre", dijo Mike Baltzer, director desde WWF de la Iniciativa Global para el Tigre, que reúne a gobiernos y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

"Pero ciertamente hay mucho que se puede y debe hacer, y hay motivos para ser optimistas", dijo Baltzer a la prensa en Washington. El activista espera que el próximo Año del Tigre (dentro de 12 años) esté colmado de celebración y no de miedo por la supervivencia del animal.

Para este año hay una serie de acontecimientos y campañas programadas, destinadas a marcar el 2010 como un año decisivo para el tigre.

A fines de enero se realizó una conferencia en Tailandia que reunió a ministros de 13 países en cuyos bosques todavía habitan tigres. Entre los acuerdos alcanzados hubo un compromiso de duplicar la población de tigres salvajes para 2022, prohibir la expansión de calles y rutas que se adentren en sus hábitat y reprimir la caza furtiva.

"Si no tratamos de duplicar la cantidad de tigres ahora, podemos terminar sin ninguno", advirtió Baltzer. En la conferencia, destacó que fue la primera ocasión en que un grupo de gobiernos hacía un compromiso tan grande para la conservación del tigre.

En octubre también se realizó un taller en Katmandú. Pero el gran acontecimiento será el próximo septiembre, cuando el primer ministro ruso Vladimir Putin y el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, reciban a varios jefes de Estado en Vladivostok para discutir formas de financiar las iniciativas acordadas en enero.

Keshav Varma, director de programa de la Iniciativa Global para el Tigre, explicó cuál es el interés del Banco en la supervivencia del gran felino.

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